Dejo atrás la vorágine del reporteo, los despachos para la televisión y el mediático caso Garay para retomar mi aventura personal. Confieso que a Rumania jamás se me habría ocurrido venir pero ya que estoy aquí le dedico unos días.
Bucarest, la capital rumana, me resulta fácil de recorrer . Tomo el metro y tras un par de combinaciones me bajo en el barrio histórico para caminar por sus calles y contemplar sus antiguos edificios de fachada esplendorosa. Algunos de los que están renovados pertenecen a la banca o la empresa privada, toda una paradoja en este país de la ex cortina de hierro que estuvo 42 años bajo dominio comunista.

El principal atractivo de Bucarest es el imponente Palacio del Parlamento, visible a varias cuadras. Es el segundo edificio administrativo más grande del mundo después del pentágono, según Wikipedia. En su interior ofrecen distintos tipos de tours y ojo que se exige llevar pasaporte, porque en el lugar funcionan las dos cámaras legislativas y tiene resguardo policial.

Por la noche, vuelvo al barrio histórico para comer. Es el que tiene mas onda y atractivos . Y me deleito fotografiando nuevamente la fachada de los edificios y las iglesias ortodoxas que iluminadas de noche ofrecen un espectáculo único. Me gusta este contraste entre lo antiguo y lo moderno. A primera vista, Bucarest me parece una ciudad liberal pues me topo con varios sex shops, cuyos avisos publicitarios no están precisamente escondidos.
Estoy a punto de volar a Berlín cuando una amiga rumana que conocí haciendo el camino de Santiago de Santiago en España , me pide que la vaya a ver. Solo compartimos unas horas caminando juntas pero cuando uno conecta con otras personas desde el corazón el tiempo del reloj no corre. ( Ya voy a postear algunos artículos sobre esta maravillosa peregrinación hacia Santiago de Compostela). Cambio el pasaje y me voy a ver a mi amiga Sabina, de quien tengo los mejores recuerdos. Timisoara está ubicada en la parte occidental de Rumania, cerca de Hungría y Serbia. Y resulta un lugar encantador. En los últimos años han renovado las fachadas de varios edificios y el centro luce hermoso. Se están preparando, para el año 2021 Timisoara será la capital europea de la cultura.

La plaza donde está ubicada la cátedral y el edificio de la ópera está llena de historia. Dicen que aquí comenzó la revolución que en diciembre de 1989 terminó con el régimen estalinista de Nicolai Ceausescu. Este fue el único país del bloque del este donde su líder fue ejecutado. Sabina, que es más de 10 años menor que yo, era una niña cuando su país atravesó esta rebelión que dejó más de mil muertos. Hoy tiene 35 años y esos sucesos parecieran haber quedado muy atrás en el tiempo.
Por la noche salimos de copas a un pub que ella y su amigo me quieren mostrar. No recuerdo el nombre pero sí lo que hay adentro. En este lugar se mantienen intactos , como congelados en el tiempo , los recuerdos de la era comunista. No solo en su decoración hay objetos y cuadros que recuerdan el pasado . En el subterráneo, hay una especie de museo con todas las cosas que usaba una familia rumana en los años 60, 70 y 80. Ya al bajar las escaleras siento el olor a humedad y me veo transportada en el tiempo.
Sabina y su amigo encuentran unos antiguos muñecos con los que se entretenían cuando niños, y comienzan a acordarse de cómo era la vida en aquellos tiempos difíciles… una vida que hace mucho quedó atrás y que hoy sólo vive en el sótano de estas cuatro paredes.
Me alegra saber que retomaste tu aventura, cuándo decidiste seguir a Garay sentí que te alejabas de lo que te habías propuesto inicialmente,me encanta leer tus viajes y los lugares que conoces. Saludos
Gracias Patricia.. sí ya estoy en la ruta de nuevo.. te dejo un abrazo!
Y a Garay se lo tragó la tierra??? Jaaa sigue tu viaje mil cariños
Enviado desde mi
Que bueno que retomes tu viaje cariños. Eres una mujer maravillosa que buena desicion lo de tu viaje…disfruta tu oportunidad..
Te felicito por la valentía de partir con este viaje..cariños.eres una mujer maravillosa..
Muy bonito ….